Si leemos la denominada prensa generalista, encontramos, prácticamente a diario, noticias vinculadas a nuevos descubrimientos, desde la astrofísica y grandes sus principios a lo más profundo de nuestro subsuelo, pasando por la robótica, la medicina y, por supuesto, la informática. Como resultado de todos ellos, nos aseguran que terminaremos viviendo más años, más sanos, eternamente jóvenes... e incluso realizando mucho menos esfuerzo. Es evidente que ninguno de estos hallazgos a los que nos referimos está relacionado con el mundo de la venta, pues ninguno de nosotros podría calificar precisamente de sencilla lo que constituye una parte fundamental de nuestros negocios.

 

El comercializar nuestros productos requiere, más bien al contrario, atender a un público altamente informado y crecientemente exigente, además de hacer frente a una competencia cada vez más dura. Sin embargo, el cambio tecnológico sí que puede ofrecernos algunas oportunidades. Nos referimos en esta ocasión a las técnicas de impresión 3D y las posibilidades que ofrecen en términos de personalización y adaptación al cliente; ahorro de costes y redución del stock necesario. Lo sorprendente de esta enumeración es que esta infinita panoplia de soluciones también es una realidad en un sector como el de la ferretería. Tampoco hay que olvidar la llegada de nuevos mercados, hasta hace poco tiempo inexistentes, como es el caso de la domótica y los hogares digitales, que además de propoccionar confort ayudan a ahorrar costes en nuestras casas. Precisamente el Congreso Aecoc de Ferretería y Bricolaje, de cuya celebración damos cuenta en el interior de estas páginas, atendió a la transformación de las pautas de consumo en los últimos años, dando a conocer la labor de organizaciones que aportan un valor diferencia, al poner al cliente en el centro de su estrategia.