Observamos con admiración el fuerte arraigo que existe, tanto en Norteamérica como en otros países de Europa, principalmente Alemania, Reino Unido, Francia e Italia, en relación al bricolaje. Este fenómeno se sustenta en una fuerte tradición y una extraordinaria oferta de comercios ‘do it yourself’. El contraste con nuestra cultura del bricolaje es aún de grandes dimensiones, si bien esta brecha se va haciendo cada vez más estrecha, como testifica el muy positivo incremento del 4% en el volumen de negocio en España, de acuerdo con datos de la consultora DBK.

 

Estamos hablando de un negocio que cuenta ya con 550 establecimientos en nuestro país, pero queda mucho recorrido por hacer. Nuestro mercado aún no da los signos de madurez tan característicos de nuestros países vecinos, como demuestra la enorme concentración del negocio en manos de unas pocas empresas. No en vano, los cinco primeros operadores del mercado ibérico generaban en 2013 el 80% de las ventas totales.

 

Atraer al consumidor es, por tanto, la pieza clave para impulsar este mercado, puesto que la oferta de productos cumple plenamente, y con calidad, las funciones que le corresponden. En ese sentido, existe una amplia gama de servicios que podrían favorecer el acercamiento de los usuarios a los centros de distribución, si se les facilita un trabajo al que no están acostumbrados y para el que, por tanto, no cuentan con la infraestructura ni el conocimiento necesarios. Esto significa que la atención concedida en el punto de venta y la prestación de servicios de postventa son los principales factores de mejora.

 

Saludamos la iniciativa emprendida por Aecoc para acercar este mercado al consumidor a través del evento ‘El Día de tu Casa’, en el que el comprador, sea profesional o particular, podrá descubrir todo un abanico de opciones para ejecutar reformas en su hogar.