PANTER VITA ECO
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Favorezcamos la inversión, proporcionemos a la pequeña y mediana empresa no más ni menos, sino las mismas posibilidades que se han concedido al multimillonario Adelson.

Todavía se escuchan ecos de la no victoria conseguida por la Candidatura de Madrid a la organización de los Juegos Olímpicos de 2020. Bromas ya muy manidas o teorías de la gran conspiración al margen, parece que la última alternativa que nos queda es la colocación de la primera piedra del Proyecto Eurovegas para que este país reviva tiempos de gloria. Sin embargo, desde la Presidencia de la Comunidad de Madrid comienzan a lanzarse avisos de alerta ante la lentitud del Gobierno en aprobar medidas, aparentemente sencillas, que el presunto inversor ha impuesto como requisitos inexcusables para iniciar el Proyecto. El Gobierno central replica que, en realidad, el supuesto inversor carece de financiación, y lo que está esperando es hacer sus negocios con el capital del Estado. Y en esta ocasión vamos a tener que darles la razón: el propio magnate del juego, Sheldon Adelson, ha reconocido sus problemas para disponer del dinero prometido y, para hacer el asunto más intrigante, vuelve a aparecer el fantasma de Tokio, presto a cantar aquello de ‘¡la banca gana!’ Esto tiene muy mala pinta. Podría ser que, con el último cartucho que nos quedaba, el disparo va a resultar también fallido.
 
Y ahora, ¿qué? Desde que el sueño olímpico se esfumó de nuestros corazones, nos hemos visto obligados a hacernos esta pregunta. Para nuestros gobernantes, se ha terminado la posibilidad de aferrarse a factores externos para alcanzar la recuperación que no han sido capaces de conseguir, a pesar de sus promesas. Por primera vez para muchos de ellos, van a tener que pensar algo. Quizás haya sido este el mensaje que nos han querido lanzar desde fuera, que busquemos nuestras propias alternativas a partir de un análisis riguroso de lo que podemos ofrecer. Que dejemos de hacer las cuentas a partir de un dinero que no es nuestro y a partir de un potencial público cautivo de la Marca España, que viene a experimentar la alegría del pueblo español, y definamos de una vez un modelo válido para las próximas generaciones.
 
¿Queremos turismo? planteemos un proyecto realmente atractivo, aprovechando nuestras excepcionales condiciones climatológicas, pero sin fiarlo todo a los dones que la Naturaleza nos ha concedido. ¿Queremos construcción? Planteemos un Plan de Infraestructuras coherente, que contribuya a impulsar el turismo y el comercio, pero que se aleje de los delirios insensatos y las ansias de protagonismo de los caciques locales.
 
Y ¿queremos aportar al modelo económico algo más de lo que han contribuido los dos sectores anteriormente citados? ¿Tecnología avanzada, I+D, exportación...? Favorezcamos la inversión, proporcionemos a la pequeña y mediana empresa no más ni menos, sino las mismas posibilidades que se han concedido al multimillonario Adelson.

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