PANTER VITA ECO
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Resulta fundamental identificar el sistema más adecuado a las características del establecimiento y del producto.

Ser tercero es perder… Y no se lo pregunten a Miguel Bosé, sino que a los establecimientos de bricolaje en nuestro país, que tienen el dudoso honor de encontrarse terceros en la lista de los comercios con mayor índice de pérdida desconocida (1,44%), sólo por detrás de las tiendas especializadas en moda (1,86%) y las joyerías y relojerías (1,66%), siendo los productos con mayor índice de hurto las herramientas eléctricas, seguidas de las pilas, cerraduras, tornillos y arandelas y, finalmente, cables. España, por su parte, es el tercero en Europa –y sexto en el mundo- en el ranking general, sólo por detrás de México, Holanda, Finlandia, Japón y China.

Cuando hablamos de pérdida desconocida nos referimos a aquella provocada por hurtos internos, hurtos externos, errores administrativos y fraudes a proveedores. Todo suma, o mejor dicho todo resta a la hora de cuadrar las cuentas. Y la cifra no es pequeña. Según el Barómetro Mundial del Hurto en la Distribución 2014-2015, elaborado por The Smart Cube y Ernie Deyle con el apoyo de Checkpoint Systems, la pérdida desconocida equivale al 1,33% de las ventas del sector minorista en nuestro país, ascendiendo a 2.487 millones de euros. Por su parte, el coste de la delincuencia y de su prevención ya representa el 2,21% de la facturación del retail, alcanzando los 4.144 millones de euros.

Ahora, la buena noticia es que se percibe una leve mejoría en estos porcentajes: El 1,33% registrado en 2015 es algo menor que la cifra de 2014 (1,36%), y si bien aún no existen datos oficiales para el año en curso, los analistas hablan de nuevas disminuciones. Y es que el comercio no se queda de brazos cruzados frente a esta lacra.

Amenazas externas y prevención

A diferencia de lo que ocurre en otros países, en España el hurto externo es la principal causa de pérdida desconocida, llegando a alcanzar el 52% de las mermas. Es decir, que la amenaza viene mayoritariamente de afuera, mientras que el hurto perpetrado por los trabajadores representa sólo un 18%. Los errores administrativos, por su parte, suponen el 25% de las pérdidas –en la misma línea de 2014- mientras que el fraude a proveedores baja, del 20% al 5%.

Ante este panorama las tiendas se protegen: Nuestro país invierte el 1,37% sobre el total de las ventas del sector minorista, por encima del 1,07% de la media europea. Más concretamente, el 67% combate el hurto con cámaras de videovigilancia, un 56% opta por el control de alarmas, un 50% cuenta con vigilantes de seguridad y un 50% implementa soluciones logísticas.

Para la protección específica de los artículos, un 78% de las tiendas usan antenas y etiquetas antihurto, y un 28% cajas de policarbonato y ‘arañas’ que envuelven el producto. También son habituales las estrategias avanzadas para el control de inventario, como los dispositivos de cable (22%) y las herramientas de análisis de los datos recopilados por las antenas antihurto (22%). Por otro lado, un 11% ya ha incorporado la identificación por radiofrecuencia (RFID) en sus procesos.

‘Hay que hacer el traje a medida’

A la hora de hablar de protección de un artículo, la solución menos apropiada sería esconderlo. Es más, podría decirse que producto que no se muestra, producto que no se vende.  “La gente quiere tocar los productos y, de ser necesario, verlos funcionando”, explica David Pérez, director general de Checkpoint. Y es que “el consumidor está cambiando. Lo quiere todo ya, y al alcance de la mano, incluso cuando compra por Internet”, agrega. Pero así como cambia el consumidor, también lo hace el sector del retail. “Lo vemos en las ferias, como Ferroforma en Bilbao. El pequeño retailer está cada vez más interesado en protegerse y quiere conocer los nuevos mecanismos para hacerlo”

Ahora, lo importante es saber identificar la protección más adecuada a las características del establecimiento y del producto. Las antenas y etiquetas de Protección Electrónica de Artículos (EAS) insertas en productos y embalajes suelen tener un considerable efecto disuasorio, pero para proteger artículos de alto valor o con elevado riesgo de hurto son necesarias otras soluciones, como etiquetas que no solo pitan al pasar entre las antenas, también al querer “violarlas” y de forma posterior al hurto. Así, son métodos de protección más elevados las antenas que combinan EAS con RFID (y que por lo tanto no sólo avisan de un robo, también dicen qué producto se está robando); keepers equipados con cierre magnético; el etiquetado en origen; las antenas invisibles; las etiquetas duras y Spider Wraps del fabricante o las estanterías inteligentes, que apuntan tanto a prevenir el hurto como a no perder una venta por falta de disponibilidad. Por otra parte, el software de Gestión de la Pérdida Desconocida CheckPro ayuda a maximizar el rendimiento del sistema EAS, optimizando sus beneficios.

Lo importante es entender que para cada producto o mercado vertical el hurto supone un reto distinto, y que lo óptimo es apostar por un planteamiento polifacético, coordinando varias soluciones para alcanzar los mejores resultados posibles. Además, resulta fundamental estar bien informado sobre cómo funcionan los sistemas antihurtos que se están aplicando (por ejemplo, conocer la distancia máxima entre las antenas para que funcionen de forma óptima) y analizar de forma más eficaz los datos internos. “El tema de la concientización y de la formación son fundamentales”, reflexiona Pérez. “Cuando sabes realmente cómo funciona el sistema, el nivel de protección es altísimo”.

Y si bien es cierto que no todos los empresarios pueden –o quieren- permitirse el gasto de convertir su local en un fuerte ultraprotegido, siempre habrá soluciones alternativas para quien quiera encontrarlas: Probar un tiempo bajo la modalidad de renting, por ejemplo, y después ver si cuadran las cuentas. “El retorno está demostrado”, asegura el director general de Checkpoint, quien invita a no olvidar que no sólo habría que hablar de coste de la prevención y reducción de pérdidas, también de otros factores, como el incremento de las ventas o una mejor experiencia de compra.

Habla la distribución

Pese a las cifras aportadas por el Barómetro Mundial del Hurto en la Distribución, la percepción de los distribuidores de ferretería y bricolaje es que en los últimos años se ha producido, “un repunte de los hurtos en las tiendas en general”, tal como explica Fernando Colorado Terol, gerente de la ADFB, si bien “actualmente, desde nuestro punto de vista, la situación es de ‘normalidad’, si podemos emplear éste término para la pérdida desconocida”.

En cuanto a las principales medidas que se están tomando actualmente desde el sector de la distribución para combatir la pérdida desconocida, el gerente de la Asociación de Distribuidores de Ferretería y Bricolaje afirma que cada vez se hace una mayor inversión en vigilancia en las tiendas, mejora de packaging y tecnología de control de los productos, entre otros métodos, lo que hace que sea más complicado que se produzca la pérdida desconocida. “Una buena planificación de la seguridad en tienda y control de almacenes es lo más efectivo para mejorar los índices de la pérdida desconocida”, recuerda.

Afortunadamente, en la ADFB no tienen conocimiento de casos de robos con violencia, “si por violencia entendemos el uso de algún tipo de armas”. “No creemos que sea un problema a considerar en nuestros puntos de venta”, añade Colorado.

En cuanto a las cifras en pérdida desconocida, en la asociación cuentan con un dato actualizado, y que mejora las cifras propuestas por el Barómetro del Hurto: entre un 1 y un 1,1% de la facturación, lo que hace que la inversión en sistemas de seguridad “esté más que justificada”.

Tiempo de prevenir

El control de la pérdida desconocida supone una necesidad para las empresas, sobre todo en un entorno en el que los márgenes de beneficio se han reducido considerablemente. Precisamente, el principal efecto de la pérdida desconocida es la reducción del margen bruto y la disminución del resultado de explotación.

En la medida en que las empresas sean capaces de evaluar y conocer las causas de la pérdida desconocida, estarán en condiciones de atajar o minimizar esta problemática, aumentando así sus beneficios.

En este contexto, Aecoc celebrará su 19º Congreso de Prevención de Pérdida el próximo 17 de noviembre en Madrid. La anterior edición, llevada a cabo en noviembre del año pasado, reunió a más de 150 profesionales de la seguridad con el objetivo de debatir los retos a los que se enfrenta el sector y analizar los últimos datos relativos a la pérdida en la distribución.

Con casi 20 años trabajando en la prevención de la pérdida, este Congreso se ha convertido en una cita de referencia para los profesionales del sector, abarcando cuestiones jurídicas, policiales y casos reales de negocio de empresas referentes.

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