PANTER VITA ECO
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Pese a las cifras positivas, el mal momento de la inversión pública sigue dejándose sentir, particularmente en las administraciones locales.

El sector español de la construcción arrancó con fuerza en 2016. La actividad constructora nacional a principios de año creció hasta un 20,3% en comparación con enero de 2015, el mayor aumento de todos los Estados miembros, según los datos de Eurostat.

Este porcentaje está además muy por encima de los registrados en el área de la moneda única común (6%) y de los Veintiocho (4,4%). Por países, los mayores incrementos de la producción en términos interanuales se dieron en España, con el citado 20,3%, seguida por Suecia (18%) y Eslovaquia (16,4%). En el polo opuesto, los mayores retrocesos se registraron en Eslovenia (-23,4%), Hungría (- 20,2%) y Bulgaria (-10,7%).

Ingeniería civil

La ingeniería civil repuntó notablemente en 2015 (2,9%), pero perdió impulso en 2016 (1,5%). Esto se debe al efecto combinado de varios factores: Mientras que en el Reino Unido han ido finalizando proyectos viarios de gran envergadura que han propulsado a este segmento los últimos tres años, en España se ha desvanecido el efecto catalizador de las elecciones y en los países del Este se ha atravesado un paréntesis entre períodos de programación de fondos estructurales europeos.

El mal momento de la inversión pública sigue dejándose sentir, particularmente en las administraciones locales que suelen asumir la responsabilidad del mantenimiento de las infraestructuras. El Plan de Inversiones de la Comisión Europea ofrece un cierto contrapunto, y hasta el momento ha contribuido a arrancar proyectos de trasporte y energía en 10 países. La previsión más a medio plazo habla de una aceleración (3% en 2017, 3,8% en 2018) contando con que los países del Este recuperen su ritmo habitual, particularmente Polonia. En Europa occidental, los mercados más activos serían Noruega y Reino Unido. Por otra parte, en Italia la estrategia nacional de reactivación de proyectos que quedaron paralizados por la crisis ya está dando frutos.

Previsiones para España

La ingeniería civil se ha desenganchado del tren de la recuperación en nuestro país, según el informe Euroconstruct. En el sector construcción se percibió un cambio de tendencia en la segunda mitad del 2014 que propició que 2015 empezase con un moderado optimismo: la ingeniería civil crecía con la inminencia de las elecciones, aumentaban los proyectos para nuevas viviendas y se recuperaba la rehabilitación.

Esta atmósfera positiva se ha perdido en 2016 a raíz de la repetición de las elecciones, lo que ha ralentizado la toma de decisiones, provocando una nueva recaída de la ingeniería civil.

Afortunadamente, esto podría verse compensando gracias al buen comportamiento del resto de segmentos, sobre todo la vivienda, por lo que aún podríamos seguir hablando de recuperación en 2016 (3,7%). En 2017 y 2018 el sector podría volver a encontrar su equilibrio: la edificación tendería a moderar su avance mientras que la ingeniería civil ya no se contraería más. Como resultado, la producción seguiría creciendo (4% en 2017 y 3,5% en 2018) a ritmos algo superiores a los de la economía.

Buena actividad exterior

La actividad en el extranjero impulsa la facturación del sector español de ingeniería, según el informe de la consultora DBK. El negocio agregado de las empresas de ingeniería se recuperó en el bienio 2014-2015, alcanzando un crecimiento del 9,8% en el último año, hasta situarse en 10.350 millones de euros. El positivo comportamiento de la actividad en el extranjero y la menor caída de los ingresos en el mercado nacional permitieron esta evolución.

La cifra de negocio en mercados exteriores se situó en 7.725 millones de euros en 2015, lo que representó un 14% más que en el ejercicio anterior. No obstante, este crecimiento fue inferior al contabilizado en 2014, en un contexto de ralentización de la adjudicación de proyectos en algunos de los países con mayor penetración por parte de las compañías españolas.

La facturación en el mercado nacional mantuvo la tendencia de caída contabilizada en ejercicios anteriores, si bien registró un descenso más moderado. Así, se cifró en 2.625 millones de euros, tras descender un 0,9%.

Nuevas viviendas

El segmento de la edificación residencial en España es el que concentra las mejores expectativas para los próximos años, algo que puede resultar paradójico puesto que la vivienda se suele identificar como el principal factor desencadenante de la crisis. Influye sin duda la mejora del sector inmobiliario, donde el inicio de la recuperación de precios y las mejores condiciones en las hipotecas abonan la idea de que estamos en un momento oportuno para comprar. Aunque persisten las dificultades, promover nueva vivienda en aquellas zonas y estratos de demanda más activos ya no se percibe como algo insensato. Es aún prematuro concluir que el mercado está normalizado, pero la mejora ha sido suficiente como para propiciar los primeros incrementos de producción en 2015 (3,8%) y apunta a un 2016 bastante activo (12%). La mejora en los flujos de nuevos proyectos y en el mercado de suelo permite albergar esperanzas de seguir creciendo en 2017 (6%) y 2018 (4,5%).

En comparación con la vivienda, la edificación no residencial ha sido más reticente a mostrar signos de inflexión y la producción ha continuado contrayéndose en 2015 (-2,6%). En circunstancias normales, esto sería síntoma de un mercado con baja demanda, pero en el caso español no es así, ya que la demanda de inversión está a niveles objetivamente altos. Hasta ahora toda esta demanda se ha ido nutriendo del stock ya construido y que se ha ofertado a precios atractivos, pero poco a poco aparecen los primeros síntomas de avance de precios y de disminución de stocks, lo que debería ser el preludio de un repunte de la producción de nueva planta en 2016 (3,8%). Para los próximos años se espera que el sector continúe por debajo de su capacidad y que sólo se dedique a atender los vacíos de oferta más acuciantes. Pero en un contexto de muy baja actividad, ello es suficiente para generar tasas anuales de crecimiento como las previstas (5,2% para 2017, 4% para 2018).

La reducción del déficit sin duda pesará sobre las decisiones de inversión pública en los próximos años, y particularmente sobre la construcción de infraestructuras. La previsión para 2016 plantea un retroceso (-6,9%) que lleva a la producción a niveles por debajo del 2014, lo que probablemente se mantendrá en el horizonte 2017 (0,1%).

La proyección de 2018 contempla algo de crecimiento (2,8%) pero sin superar la producción del 2015, que quedaría como un pequeño pico aislado, fruto de un sobre-esfuerzo inversor puntual.

Materiales de construcción

Pese a la profunda crisis vivida en los últimos años -con caídas de hasta un 95% en la construcción de vivienda y un descenso del precio de la vivienda nueva que no se ha visto reflejado en las ventas-, la confianza del consumidor sólo ha caído un 20% desde 2007 y el parque de viviendas ha seguido aumentando, así como la antigüedad media de los inmuebles, lo que hace que la reforma, más ligada que la adquisición de vivienda nueva, envejecimiento de la población, a la capacidad de gasto familiar y al índice de confianza del consumidor, sea un segmento estable donde refugiarse en tiempos de crisis.

Así, el mercado de materiales de construcción y decoración de viviendas, que en 2013 sumaba su séptimo año consecutivo de caídas (-13,5% frente al -8% en 2012) y acumulaba una pérdida de actividad del 70% desde el año 2006, vivió en 2015 una leve recuperación del 1,3%. Ahora, estos datos hacen referencia al conjunto de materiales de construcción. Si se fija la atención en una cesta tipo que represente las principales familias comercializadas por la distribución, la caída de la distribución se situó en torno al 7% en 2013, con pequeños repuntes en algunas regiones del país y en especial en el ámbito de materiales ligados a la reforma, vertebrados por la cerámica.

Siguiendo en esta línea, los datos disponibles nos indican que en 2014 se detuvo la caída y que en 2015 el crecimiento ya alcanzaba el 2,6%.

Sin embargo, el valor del mercado de los materiales de construcción y decoración de viviendas ha pasado de 47.628 millones de euros en 2007 a 16.476 millones de euros en 2015.

Previsiones para Europa

El año 2016 será el tercer ejercicio en positivo, tanto para el PIB como para la construcción, lo cual evidencia la clara correlación entre la economía y este sector en Europa. La particularidad de este año es que inicia una fase en el que la construcción muestra mayor tracción que la economía: se prevé para el sector un crecimiento del 2,6%, mientras que sólo se espera un 1,8% en el PIB de la suma de países de la red Euroconstruct. Las razones que explican este plus de crecimiento son variadas, si bien no están exentas de riesgo, debido a unos presupuestos públicos restrictivos y a los altos niveles de deuda pública y privada. Aun así, este repunte no será un fenómeno pasajero y la previsión contempla que la construcción continúe avanzando a mayor ritmo que la economía durante los próximos años. Sin embargo, la brecha entre ambas no tiende a aumentar, sino a reducirse: mientras que el PIB se mantiene creciendo al 1,9% tanto en 2017 como en 2018, el sector construcción pasa del 2,7% en 2017 al 2,4% en 2018.

La desaceleración de Alemania provoca que una quinta parte del sector europeo de la construcción apenas espere crecimiento en el horizonte 2018. El resto de mercados grandes se mueven alrededor de la media: España y Francia algo por encima, Italia algo por debajo. 

Los materiales sufren la crisis

Por familia de materiales, las que más han sufrido la crisis son aquellas asociadas a la construcción de estructuras, fachadas y tejados y exteriores. Entre estas familias de productos destaca la “cerámica basta, tejas y cubiertas”, que ha caído hasta un 82,3%. Por el contrario, las familias de materiales más utilizadas en la reforma de la vivienda son las que mejor comportamiento están teniendo, destacando las familias asociadas al bricolaje (en conjunto cayeron un 49% desde 2007 a 2013) y a la reforma de cocinas y baños, con una caída acumulada del 54,5% en este periodo.

En el bienio 2014–2015, se ha mantenido el comportamiento diferenciado de estas familias: Mientras que las asociadas a la construcción de estructuras, fachadas, tejados y exteriores siguieron con una ligera caída en 2014 y empezaron a recuperarse en 2015, las familias asociadas a la reforma y al bricolaje comenzaron su recuperación a partir de 2014. 

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