Bricolador Enmascarado: “Depende de ti creer en tus poderes”

La película narra la historia de un supuesto superhéroe que tiene una relación muy especial con otro personaje, un hombre que con una extraña enfermedad. Al tener unos huesos muy frágiles, se le rompen con mucha facilidad. David Dun, un guardia de seguridad de 40 años, que vive un tanto aislado del mundo, deprimido, sin aficiones, que esta muy distanciado de su esposa y de su hijo.
 
Un día, mientras viaja en un tren camino de Filadelfia, donde va a buscar otro trabajo, sufre un accidente terrible. Solo sobrevive él. Elijah, la persona con los huesos de cristal cree que David es un super héroe, e intenta convencerle de ello. En otro viaje de tren a Nueva York, el vuelve a ser el único superviviente. Esta vez mueren 131 personas.
 
Poco a poco, David va creyendo en sus poderes. Levanta gran cantidad de peso, imposible para un hombre normal. En uno de los controles del campo de fútbol americano en el que trabaja, siente que un aficionado lleva una pistola. En ese momento empieza a confiar en sus poderes y comienza a usarlos para ayudar a las personas, con lo que la relación con su hijo mejora.
 
David salva a unos niños de una casa, de un conserje asesino en serie, pero no a la madre. Al final intenta hablar con Elijah para explicarle lo que ha pasado. Aquí es cuando entiende que son dos partes de una misma esencia. David es la parte buena y que ayuda, mientras que Elijah es la parte negativa y malvada. Por este motivo se aleja para siempre de él.
 
Esto nos hace reflexionar de cómo nos comportamos en el día a día. En muchas ocasiones desconocemos cuál es nuestra visión en esta vida. Somos uno más o somos alguien especial, somos aquellos que no sabemos que somos, o simplemente deseamos ser otra persona. Vamos deambulando por este sendero, pero no somos capaces de saber cuales son nuestras metas, nuestras esperanzas y nuestros sueños.
 
Cuando estamos frente a un negocio, de un equipo o una empresa, debemos saberlo. Debemos ser ese superhéroe que todos esperan de nosotros, no hay lugar para la debilidad. Hemos de crear estilo, escuela, dar con la tecla, con algo que nos haga ser visionarios en un campo de oscuridad para mostrar el camino correcto a los que nos siguen.
 
Si nuestra labor es la venta, no seamos malos tachadores de existencias sin ‘stock’. Seamos un creador de oportunidades de negocio, de ser quienes esperan de nosotros nuestros clientes. No seamos, un “te falta algo”. Eso es ser nada y un poco menos, es no ser necesario, ser prescindible, ser una piedra pequeña en el zapato del cliente, que cualquier día tenga una excusa para sacarla a la primera de cambio. El más barato, siempre queda a un lado, porque llega siempre otro más barato todavía. Por precio los clientes son infieles por naturaleza, por precio siempre marchan para no volver nunca. Por calidad siempre se quedan. Y, si alguna vez se apartan del camino, seguramente puedan volver.
 
Seamos ese superhéroe que el hijo de David espera para una lucha día a día. Con pasar cerca de la gente ya sabe lo que les va a suceder. Por eso, sepamos qué necesita nuestro cliente, sepamos anticiparnos, ser quien guíe la buena relación comercial, lo que se llama valor añadido, ser un colaborador. No seamos en su lugar un mal menor.
 
Pongámonos la capa de superhéroe sea del color que sea, incluso de formas diferentes en función de cada cliente. Seamos leales, cordiales, cuesta lo mismo fastidiarle el día a alguien que alegrárselo. La diferencia es que podrás volver a visitarlo. Seamos a quien esperan para hacer negocios, en lugar del “pesado de turno que ya llego”.
 
Depende de ti creer en tus poderes para no ser el hombre de huesos de cristal que a la mínima dificultad pierda la partida y ya no puedan reponerlo a base de clavos y muletas. Sé tu propio superhéroe, sé quien gane las partidas en tu cómic particular. Solo tú puedes escribir tus viñetas y tus historias. De ti depende.
 
Redacción: Bricolador Enmascarado.