Los tonos vivos y las estancias coloridas en el hogar pueden contribuir a mejorar el estado de ánimo. Con estos consejos, podrás romper con la monotonía y llenar cada rincón de tu hogar de vida, creatividad y bienestar
Los colores vivos y llamativos son la esencia del hogar dopamina. Tonos como el amarillo, verde, rosa, azul o naranja toman el protagonismo, inyectando energía y vitalidad en cada espacio. Para no recargar el ambiente, es importante asegurarse de que los tonos se complementen y que los patrones sean armoniosos. Para comenzar a combinar y mezclar colores y diseños, una buena estrategia es partir de la decoración ya presente y sumar contrastes de forma sutil.
¿Por dónde empezar?
El color del año de Leroy Merlin, Celadón 4, es una buena opción para añadir un toque de color a las estancias. Siempre se puede comenzar por incorporar el color a través de los complementos, como cojines estampados, alfombras llamativas, una iluminación divertida o ilustraciones y láminas o cuadros vistosos.
Por otro lado, los muebles de colores dan mucho carácter a las habitaciones. Por ejemplo, un sofá mostaza o un sillón rosa pueden convertirse en los elementos estrella del salón, llenándolo de personalidad. En zonas de trabajo, los colores vibrantes pueden estimular la creatividad, mejorar la productividad y mantener la motivación.
Además, para los más atrevidos, otro recurso clave es el papel pintado con colores intensos y estampados originales. Estos patrones aportan carácter y personalidad, llenando cada espacio de dinamismo y alegría.