Bricolador Enmascarado: “Hay que saber por qué no se vende”

Antes estábamos acostumbrados únicamente a ver series de origen sudamericano. Poco a poco comenzamos a ver de otros países, culturas, costumbres. Pasamos por turcas, hasta llegar a las de Corea del Sur. Al parecer, además de hacer buenos coches y móviles, también hacen buenas producciones de películas y series.

Hoy nos hemos fijado en una en especial, por tener alguna relación con lo que quiero comentar. Me refiero a King the Land, del 2023. Dirigida por Im Hyun-wook y protagonizada por Lee Jun-ho e Im Yoon-ah. Nos narra la historia de un gran conglomerado de empresas. El Poderoso Grupo KING.  El protagonista, Go Won, es la tercera generación, dato importante, que lleva al frente de dicha gestión. Lo tiene todo, menos saber qué fue de su madre. Es un recuerdo que lo atormenta. Sobre todo, por lo que lo identifica con sonrisas artificiales y falsas. Tiene hasta el privilegio de llegar a su primer día como becario del grupo, en el hotel, llegando tras lanzarse en paracaídas, con un traje caro e impecable, sobre la terraza del edificio. Un chico, sin interés por nada, sin que le importe nada más que no sea él mismo.

Tras algunos problemas con su hermanastra y su padre, regresa a Inglaterra para continuar sus estudios. Para ello se lleva a un compañero de sus primeras prácticas en el hotel. Tras varios años regresa de nuevo al hotel, donde había trabajado su madre. Para ser el director de una parte de este. Allí conoce a Cheon Sa-rang, una empleada que siempre tiene una amable sonrisa en los labios.

Poco a poco se van conociendo y ella consigue que cambie, que tome interés por las cosas, por los empleados, por la historia de su empresa. Ella es la mejor empleada del hotel durante dos años, por ofrecer una dedicación y trato diferente y especial a los huéspedes del hotel.

Go Won, se enfrenta a su poderosa hermana, la directora general del grupo, que solo quiere beneficios a toda costa, sin importarle los medios para conseguir sus propósitos, que no siempre son los mejores para el personal que trabaja para ellos.

Se interesa por las necesidades del personal, por conocer sus puestos de trabajo, sus problemas. Además, ha de organizar el 100 aniversario del hotel. Dando protagonismo a la historia de este, a las personas que lo han forjado. Además, desata las represalias de su hermana. Crea un nuevo proyecto en el que, en lugar de despedir a empleados, crea una nueva franquicia de su grupo hotelero, a nivel de muchos países. Ganando más dinero, asegurando puestos de trabajo.

Tras todo ello, su padre le entrega la dirección del grupo, del hotel, las líneas aéreas, las tiendas de moda y lujo. Su relación personal, tras muchos problemas, hace que la pareja que se case.

El mensaje, el aprendizaje de esta serie, que tiene una puesta en escena increíble, con mucho cuidado en los escenarios y detalles, es muy simple, completo y que deberíamos poner en marcha. Cómo se puede dirigir una corporación, con diferentes empresas, desde el fondo de un despacho, tras una mesa, sin ver la cara de nadie más, que aquellos que tan solo te dicen “sí, señor, siempre tiene usted razón”. Eso es el principio del fin.

Para dirigir una tienda, un hotel, hemos de conocer qué vendemos, los secretos de los pasillos, de las estanterías. Saber si ese u otro producto se vende o no se vende. Hay que saber por qué aquello que está con polvo no se vende, o si el precio está bien, o simplemente no está bien ubicado.

El protagonista pasa horas en los restaurantes del hotel, prueba la comida, habla con el personal, toma café con ellos en sus descansos.

Dirigir es comprender, es tener tiempo para escuchar, hacerlo desde el poder, desde el miedo, desde el desconocimiento, es vivir en un universo oscuro y paralelo.

Para realizar la fiesta de su 100 aniversario, le da todo el protagonismo a sus empleados, los que han hecho posible durante los últimos 30 años que ello fuera posible. Esto le enfrenta a su hermana, que intenta por todos los medios quitarle el poder.

Saber que saben, qué necesitan tus empleados tras las estanterías, tras los rincones llenos de cajas y polvos. Cómo podemos querer saber qué es lo que vendemos, que es lo que no tenemos, que es lo que deberíamos traer y no.

Pero se me olvidaba “A mí me lo vas a decir, que llevo tantos años aquí…. “, “eso a mí no me lo pide”. Puede que ese es el principio del fin, de pasar al anonimato. No vemos otros negocios, no empleamos el tiempo en hablar con los clientes, no solo los habituales, si no con todos. No sabemos el porqué de no vender más. Solo sabemos lanzar quejas al viento, sin aprender a leer entre líneas. Demos vida a lo que no tiene color en nuestras estanterías, en aquellos espacios que deberían mostrar más cosas al consumidor.

Cabeceras sin precio, escaparates con polvo de años, no son la mejor carta de presentación, salvo para nuestra competencia. No se trata de ser el más barato, se trata de ser el mejor.

El protagonista, entre entrar en guerra de precios, en despidos, lanza ideas nuevas, tras escuchar a la gente, en sus descansos, en comer con ellos fuera del trabajo. Aquí, como que lo sabemos todos, moriremos con las mismas botas puestas, sin cambiar una coma nada de nada.

Pero sí es caro encontrar buenos empleados, formarlos y mucho más retenerlos. No siempre es cuestión de dinero, a veces hay que decirles: “Eres the king of the land”.

Redacción: Bricolador Enmascarado.

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