España afronta un problema estructural en el sector de la construcción: no hay relevo generacional. Faltan electricistas, fontaneros, albañiles y escayolistas. La mano de obra escasea, y los efectos se notan en la economía y en la vida diaria de las familias. En 2024 se rehabilitaron 6.000 viviendas menos que en 2019, pese a los incentivos y ayudas europeas para la renovación energética. Según la Asociación Nacional de Distribuidores de Cerámica y Materiales de Construcción (Andimac), el año pasado se rehabilitaron 24.000 viviendas, apenas 2.800 más que en 2023, pero muy por debajo de las cifras previas a la pandemia, tal y como ha informado La Sexta.
¿Por qué escasea la de mano de obra?
El envejecimiento del sector, el desajuste formativo y el cambio en las aspiraciones laborales explican la escasez de profesionales que amenaza el futuro de la construcción. La falta de mano de obra cualificada se ha convertido en uno de los grandes retos. Según un informe elaborado por el Royal Institution of Chartered Surveyors (RICS) y el Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE), el 94% de los profesionales del sector considera que esta carencia es un desafío clave para el desarrollo del Real Estate en el país, según informa Prinex Real Estate, software especializado en el sector inmobiliario.
Un sector envejecido y sin relevo generacional
El principal problema es demográfico. La edad media de los trabajadores de la construcción ha pasado de 37,3 años en 2007 a 45,1 en 2022, y las jubilaciones previstas en los próximos años amenazan con agravar aún más el déficit. La Confederación Nacional de la Construcción (CNC) estima que faltan unos 700.000 trabajadores para poder cumplir los compromisos nacionales en materia de vivienda. Su presidente, Pedro Fernández Alén, lo resume con contundencia: “Cualquier política destinada a resolver el acuciante problema de la vivienda en España está destinada al fracaso si no se aborda la falta de mano de obra cualificada y el envejecimiento de las plantillas.”
Formación desajustada y escaso atractivo entre los jóvenes
El segundo gran obstáculo es educativo. Las nuevas generaciones muestran poco interés por las profesiones vinculadas a la construcción, y la formación disponible no siempre responde a las necesidades reales de las empresas.
Sólo un 10% de los desempleados del sector cuenta con una titulación específica en Edificación y Obra Civil, mientras que apenas un 3% dispone de Certificados de Profesionalidad y un 3,8% ha cursado FP de grado medio o superior en esta especialidad.
El Observatorio Industrial de la Construcción alerta además de una tendencia preocupante: el número de estudiantes en programas de FP de edificación y obra civil cayó un 45,6% entre 2007 y 2022, a pesar de que las oportunidades laborales son elevadas. En el curso 2020-2021 solo 1.678 personas finalizaron estos estudios, una cifra insuficiente para cubrir la demanda del mercado.
Nuevas aspiraciones laborales
A todo ello se suma un cambio profundo en las preferencias de los jóvenes trabajadores. Las nuevas generaciones buscan estabilidad, conciliación y entornos menos físicos o exigentes, lo que relega la obra a un segundo plano frente a la consultoría, la docencia o el trabajo de oficina.
“No se encuentran ingenieros que quieran ir a las obras”, lamenta Fernández Alén. “Las consultoras están llenas de ingenieros y también los institutos, donde muchos de ellos acaban impartiendo clases.”
Un reto para el futuro económico de España
La escasez de mano de obra cualificada no solo frena la ejecución de obras y rehabilitaciones, sino que amenaza con ralentizar los objetivos nacionales de vivienda y sostenibilidad. Resolver este desequilibrio —entre la oferta laboral y las necesidades del sector— se ha convertido en una prioridad estratégica para el futuro económico de España.
