Según un estudio de la consultora DBK el importe de las nuevas operaciones de créditos al consumo concedidos por las entidades de crédito experimentó retrocesos del 21,3% en 2008 y del 25,2% en 2009, hasta situarse en 45.850 millones de euros al cierre de este último año.
El negativo comportamiento de la economía ha dado lugar a un fuerte crecimiento de la tasa de desempleo y a la contracción del consumo final de los hogares, constituyendo los principales factores explicativos de la negativa evolución de la inversión nueva. Además, la tendencia hacia la reducción del riesgo por parte de las entidades de crédito originó un endurecimiento de las condiciones de acceso al crédito.
Después de tres años experimentando una evolución a la baja, a partir de 2011 la inversión nueva podría detener su caída, estimándose la obtención de una tasa de crecimiento de alrededor del 1% para este ejercicio.
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