PANTER VITA ECO
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La semana pasada hablábamos de ‘El Código Da Vinci’. En esta ocasión, continuaremos con la segunda entrega de esta saga, ‘Ángeles y demonios’, dirigida por Ron Howard en 2009. La película cuenta en su reparto con Tom Hanks, Ewan McGregor, Ayelet Zurer, Stellan, Skarsgård, Pier Francesco Favino y Nikolaj Lie Kaas.

Ángeles y Demonios narra la historia del profesor Langdon, que es requerido para ayudar al Vaticano. El padre Bentivoglio y la doctora Vetra, de la Organización Europea para la investigación Nuclear, habían iniciado un revolucionario experimento con una fuente ilimitada de energía. Dicho experimento es robado por los Illuminati, una secta secreta que lucha contra la Iglesia.

Por otro lado, se produce la muerte del Papa en extrañas circunstancias. Esto complica mucho más todo. Por ello, es convocado el conclave para su elección de un nuevo líder religioso en la Capilla Sixtina. A su vez, los cuatro posibles elegidos para sustituirle son secuestrados por este supuesto grupo criminal. Se establece una carrera contrarreloj para intentar rescatarles antes de que sean asesinados. Si son ejecutados, el tubo con la prueba de esa gran energía será detonada. Debido a ello, el Vaticano y gran parte de Roma podrían ser destruidos.

Durante toda la tarde y parte de la noche, los protagonistas trabajan sin descanso. Los candidatos que están entre los tres primeros favoritos son asesinados. El restante es puesto a salvo en el último momento.

Mientras el camarlengo intenta influir en la elección del nuevo Papa, localizan la cápsula con el experimento de la fuerza de energía dentro. Él, lo toma, se sube a un helicóptero, y consigue salvar a todos.

Finalmente se descubre que era el responsable de los secuestros, de los asesinatos, del plan para acabar con el Papa… Langdon consigue poner al descubierto toda la trama para que no pueda ser elegido el nuevo Santo Padre de Roma.

Esta es una lección de cómo se puede manipular y trastocar lo que la gente puede pensar, de lo que se puede ser o no, que el beneficio común no siempre es bueno para algunos. Nos vemos con medios oportunos cuando planificamos, cuando analizamos las cosas, cuando tenemos un plan.  El profesor puede llegar hasta las iglesias donde están encerrados los cardenales porque sabe analizar los mensajes, los signos. Nuestras empresas saben hacerlos. Saben trazar los planes convenientes para que el mercado reconozca sus productos como útiles y necesarios. Saben buscar en las calles los signos y mensajes, aquellos que han de dar sentido y diseño a los planes adecuados para triunfar frente a las potentes competencias.

Somos de los que saben reconocer las pistas, o de los que prefieren saber lo que nos quieren hacer creer y ver más allá. Somos de los que luchan minuto a minuto por salir de lo que nos han dicho que solo está bien o de lo que queremos saber más, conocer mejor cual es nuestro mercado, nuestros clientes.

El profesor busca, razona y lucha por llegar hasta el final de la situación hasta poder dar con la clave que solucione esa alocada carrera contrarreloj. Pidamos que nos den todos los medios reales o posibles para poder ser el guía de nuestras ventas, la ayuda especial que nuestros clientes necesitan.

No nos lo van a poner fácil, hay múltiples trampas y obstáculos que nos quieren impedir llegar. Hay mentiras que nos dicen que somos los mejores, puede que sí o puede que no; pero, decirnos cientos de veces a nosotros mismos que somos los mejores, no es ninguna ayuda, no es ninguna fortaleza, es todo lo contrario, es no saber mirar en la dirección adecuada. La mejor manera de ser más eficiente es ser diferente. Saber que no todo es perfecto, que las debilidades conocidas nos pueden hacer más sabios y fuertes. Por eso el Vaticano llama al Langdon, porque dentro de toda su sabiduría, no son todo los fuertes y potentes para poder llegar a tomar el control y llegar a buen puerto de la solución que necesitan y buscan.

Incluso el comandante de la guardia suiza no acaba de creer al camarlengo porque lo que busca son las verdaderas respuestas, el verdadero camino para llegar a la verdad.

Hagamos como él, hagamos sacar la verdad adelante. Busquemos cómo sacar lo mejor de nuestros productos para que el cliente los quiera, los necesite, ganando la batalla a las competencias que nos asechan en todo momento.

Demos esa luz que ilumina la Plaza de San Pedro, que haga que veamos el camino correcto para que seamos los ganadores, no los falsos Illuminati, que hicieron creer a todos que eran el real peligro contra el que luchar.

Lucha, saca lo mejor que tienes dentro, lucha por tener la mejor versión de ti para que todos sepan que has encontrado el camino correcto para salvar a todos en el momento adecuado. Solo es tuya la decisión de ser un ángel o un demonio.

Redacción: Bricolador Enmascarado.

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