PANTER VITA ECO
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El consumo de calzado laboral, como el del resto de los equipos de protección individual, está empezando a resurgir este año, de la mano del despertar de la construcción y de distintas actividades profesionales. Por su parte, el usuario profesional sigue poniendo, en muchos casos, el precio como principal factor de compra.

Nuestros fabricantes punteros están haciendo un gran esfuerzo dotando a su calzado profesional de avances tecnológicos, ergonómicos y de diseños atractivos para ganar cuota en el poco mercado que se genera en España.
ASEPAL, la Asociación Española de Empresas de Equipos de Protección Personal, estudia las alternativas al mercado de protección español, en el que el consumo, anteriormente reducido, se ha estancado en los últimos años. La alternativa pasa por ir a otros sectores o salir al mercado exterior.
 
Fuerte competencia
El mercado del calzado de seguridad se encuentra en un momento complicado, en el cual las empresas que lo componen están expuestas a una fuerte competencia. La causa es la convergencia de una serie de factores.
Entre ellos destaca la irrupción de la producción asiática, que lleva años teniendo un fuerte efecto sobre la industria europea. En la última década se ha pasado de una competencia no significativa, a ocupar más del 50% del sector. La clave es que el producto asiático es extremadamente barato comparado con el occidental. Además, en general los gerentes de empresas europeas no son propicios a realizar fuertes desembolsos de dinero por los equipamientos de protección individual, por lo que para ellos, el producto asiático se convierte en una opción capaz de cubrir muy básicamente las necesidades de su plantilla sin tener que realizar un gasto elevado.
No obstante, Asia no es capaz de acercarse a los niveles de calidad de los productos europeos, existe un rango de nichos de mercado, donde se exigen altos niveles de resistencia y calidad en las especificaciones del calzado de seguridad donde la diferenciación es el elemento competitivo fundamental.
Además, se están revelando muchos casos de calzados provenientes de Asia que se comercializan en España sin certificar, lo cual suscita el enfado de la industria local, quienes piden que se ataje dicho problema.
Por suerte o por desgracia, en nuestro país, el consumo se ha ralentizado tanto que el poco calzado profesional que se compra, generalizando, es de fabricación española o europea, comercializada en España por importadores de confianza.
Por otra parte, la tarea de concienciación al usuario final es una tarea muy dura. El precio sigue siendo el factor más valorado, si bien, dentro de unos cánones de calidad, que se dan por supuestos por parte del cliente.
Hasta que las empresas, sobre todo las medianas y pequeñas, y los trabajadores autónomos no se den cuenta de que no se puede usar cualquier calzado para desarrollar determinadas tareas profesionales, el mercado no volverá a unos índices normales de venta.
 
Alto nivel de calidad
El sector español de los equipos de protección, en el que está enmarcado el de calzado de seguridad, tuvo hasta el año 2008 un crecimiento importante. La crisis económica generó un número muy importante de desempleo y de consumo de todos productos por lo que éste no fue ajeno a la crisis y por desgracia para todos ha habido algunas empresas del sector que no han podido subsistir a esa crisis que ha durado al menos la parte más dura unos cinco años.
Según Luis del Corral, presidente de la Asociación de Empresas de Equipos de Protección Personal, ASEPAL, hoy podemos asegurar que nuestras empresas están bajo el paraguas del sector de los EPIs y participan de un sector que antes no existía. Pero eso no es lo más importante; lo más importante es la transformación que se ha llevado a cabo en el interior de nuestras empresas. Los fabricantes y distribuidores de EPI en España no sólo son empresas de manufacturas y/o comercialización como podían ser a mediados de los años noventa, ahora son empresas generalmente con un gran desarrollo técnico y de investigación continuado, de tal manera que se han convertido en laboratorios de ensayo; los productos son altamente calificados por los usuarios, y se ha alejado el mito de que el producto de seguridad si era del extranjero era mejor. El producto realizado en España está a los más altos niveles de desarrollo y testados perfectamente para la protección que se indica.
En el campo de la comercialización, nuestras empresas están arropadas con vendedores técnicos de producto, generalmente personal altamente cualificado y capaz de dar explicaciones técnicas sobre protección a cualquier nivel; nunca se han dado tantos cursos de equipos de protección individual en las empresas, generalmente impartidos por estos profesionales, a pesar de la dificultad debida a la disparidad de protecciones que se usan y los distintos niveles de formación de los trabajadores.
Las empresas de ASEPAL tienen como objetivo social no solo ser rentables, sino también contribuir a mejorar la seguridad de las personas.
 
Especialización
El calzado de seguridad llega a los usuarios por diversos canales, que van desde los distribuidores especializados al pequeño o gran comercio de ferretería, pasando por grandes superficies de bricolaje y suministros industriales. 
En la mayoría de los casos, se proporcionan medios de protección a todos los sectores, al tiempo que otros productos varios, sin necesidad de una especialización. Por estos motivos, el calzado debe ser entregado siguiendo unos procedimientos concretos establecidos por la normativa, como evaluación de riesgos, certificación o formación específica, entre otros, para que no lleguen al usuario sin garantías, poniendo en riesgo la seguridad y salud laboral.
Ferretería y Suministro Industrial, aparte de las tiendas especializadas, son los principales puntos de venta de este sector. En palabras de un proveedor, respecto al asesoramiento del canal, “suministros y ferreterías son simples tiendas self-service, en el 95% de los casos, en las que no existe el asesoramiento en un campo tan crucial y, a menudo, complejo. La protección laboral no está representada por especialistas, o acuden muy pocos”.
Entre los objetivos que manifiesta la asociación AEP se encuentra el potenciar la venta de EPI en establecimientos altamente especializados que comercialicen todas las familias de equipos y ofrezcan asesoramiento técnico, así como la creación de una marca de calidad, concedida por un organismo reconocido, que distinga al distribuidor
especialista, dando un aval al usuario. Igualmente, se busca potenciar la ética profesional en este sector. 
 
Importancia de una correcta elección
Los pies son una de las partes más importantes de nuestro cuerpo y, sin embargo, es la zona a la que menos atención prestamos. 
Las principales funciones del pie son aguantar nuestro peso y mantener el equilibrio, distribuyendo las presiones y actuando de palanca en la propulsión una vez que el talón se despega del suelo para ponerse en marcha. Muchas veces prestamos poca atención al cuidado de nuestros pies, eligiendo un calzado inadecuado. Esto hace que a la larga aparezcan o se agraven distintas patologías que a su vez requieren distintos tratamientos para combatir el dolor. 
La estructura tridimensional del pie se organiza en forma de bóveda, con lo que le proporciona una gran resistencia y una capacidad de adaptación imposible de conseguir con otro tipo de estructura. Cuando se utiliza un calzado inadecuado aparecen variaciones de la marcha normal o patológicas que ocasionan alteraciones al nivel de la musculatura, ocasionando en primer lugar fatiga por exceso de trabajo de ésta, ya que al no estar el pie en su posición correcta la musculatura tiene que corregir la pisada manteniendo el equilibrio y esta acción requiere de mayor coordinación y por ende de un mayor gasto energético. 
 
Calzado profesional corrector a medida
El calzado corrector, vulgarmente conocido como calzado ortopédico, es aquel confeccionado a medida de una determinada deformidad para un pie concreto, aunque por extensión se considera calzado ortopédico el que se fabrica sobre hormas especiales y permite tratar el pie patológico. 
Existen muchos casos en los que un paciente requiere un calzado personalizado que se adapte a su morfología y esto se traduce en un arduo trabajo artesanal en el que intervienen varios procesos como la toma de medidas, estudio de materiales, desarrollo, montaje, prueba con el paciente y validación. 
Para una correcta selección del calzado laboral siempre hay que tener presente la diversidad existente entre los usuarios. Si el calzado para hombres y mujeres no debe ser el mismo, puesto que existen diferencias entre los pies de ambos, también habrá que tener en cuenta posibles exigencias de trabajadores con pies delicados o con determinadas patologías, como la diabetes, juanetes, o los que requieran calzado ortopédico. 
Hay que considerar las diferentes actividades desempeñadas por los trabajadores para asegurar la adecuación del calzado a las mismas. Un mismo tipo de calzado no siempre es adecuado para todos los puestos dentro de un colectivo. Tampoco hay que olvidar que, al igual que en calzado no laboral, los requerimientos funcionales varían en las distintas épocas del año. 
Algunas de las especificaciones generales para una correcta elección de calzado de seguridad son: El calzado no debe oprimir al pie. La horma debe ser generosa, sobre todo en anchura; El calzado debe adaptarse a los movimientos del pie de forma que sean eficientes y el pie se encuentre protegido; El zapato debe proporcionar suficiente agarre para evitar caídas; El calzado debe proporcionar protección térmica; Una buena plantilla puede mejorar considerablemente el confort del calzado. Cuando el usuario de este tipo de calzado se vea en situación de sufrir alguna patología, el calzado deberá además respetar la morfología de ambos pies que por necesidad no será la misma. 
Según fuentes profesionales, “existen zapatos y botas para uso profesional, pero es más recomendable el uso de botas, ya que ofrecen una mayor protección y sujeción del pie”. 
 
Las ventas de calzado crecen un 3%
Según el Observatorio Sectorial DBK de Informa, las ventas del comercio minorista de calzado se situaron en 2.825 millones de euros en 2014, un 0,2% más que en el año anterior. La mejora de la coyuntura económica y la recuperación del consumo de los hogares permitieron que en 2014 se interrumpiera la tendencia a la baja del mercado que se había registrado en los cinco años anteriores.
Los establecimientos especializados generaron un volumen de negocio en 2014 de1.775 millones de euros, representando el 63% del mercado. A su vez, algo más de la mitad de dicha cifra correspondió a cadenas, cuya facturación aumentó ligeramente, compensando la contracción que todavía experimentaron los puntos de venta independientes.
La distribución no especializada obtuvo unos ingresos por venta de calzado de 1.050 millones de euros, un 1% más que en el año anterior.
El aumento del empleo, la mayor confianza en la evolución de la economía y el incremento de la renta disponible de las familias permiten anticipar la reactivación del mercado. Tanto para el cierre de 2015 como para 2016 se estima un moderado crecimiento del negocio de la distribución minorista de calzado, cifrado alrededor del 3%, aproximándose a los 3.000 millones de euros en el último año.
En este contexto de mejora esperada de las condiciones del mercado, y tras varios años de paralización de aperturas y cierre de establecimientos poco rentables, algunos de los principales operadores desarrollarán nuevos proyectos de ampliación de su cobertura geográfica, dejando atrás así la etapa de reducción de la red.
En 2014 operaban en España unos 9.000 establecimientos especializados en la venta de calzado, los cuales generaban un volumen de empleo de alrededor de 26.500 trabajadores. El número total de puntos de venta ha mantenido en los últimos años una tendencia a la baja, registrando entre los años 2012 y 2014 un decrecimiento medio anual del 2%.
El grado de concentración de la oferta ha aumentado de forma significativa en los últimos años, debido a la desaparición de establecimientos independientes y a la realización de operaciones de compra de competidores de menor tamaño por parte de las principales cadenas. Los cinco primeros operadores reunieron en 2014 una cuota de mercado conjunta del 25%, en tanto que los diez primeros concentraron el 31% del volumen de negocio sectorial.

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