PANTER VITA ECO
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'El último mohicano', es la película de hoy. Se basa en la famosa novela El último de los mohicanos, una novela histórica del autor estadounidense James Fenimore Cooper, publicada por vez primera en febrero de 1826. Es el segundo libro de la pentalogía Leatherstocking Tales, y el más conocido. Por su fama fue llevado al cine en 1992. El año de las Olimpiadas en Barcelona y la Expo de Sevilla, qué tiempos aquellos.

Se trata de un film dirigido por Michael Mann. Cuenta una historia ambientada en el año 1757, a orillas del río Hudson, franceses e ingleses luchan por el dominio de la región. Mientras que los franceses cuentan con el apoyo de los nativos, los ingleses reclutan a los colonos blancos. Hawkeye -Ojo de halcón- (Daniel Day-Lewis) es un hombre blanco que fue adoptado por los indios mohicanos. Tras salvar de una emboscada de los hurones a Cora Munro (Madeleine Stowe) y a su hermana pequeña Alice (Jodhi May), hijas de un oficial británico, las acompaña hasta el fuerte inglés William Henry, que está sufriendo el asedio de los franceses y los hurones.

Una película magistral en su reparto, con una música sobresaliente, con una fotografía y unos paisajes maravillosos. Que en el corazón de su historia cuenta como un pueblo lucha por su libertad y su supervivencia. Como desde el sufrimiento y la superación se crea la unión y la libertad de todos.

Es una historia de amor entre los protagonistas, y de ayuda propia. Como la que podemos ver hoy y desde hace días, entre los sanitarios, los cuerpos de seguridad, los familiares de los enfermos. Incluso de los propios enfermos.

Es una lucha de todos, de cada uno, de todo un grupo. Donde todos pueden ayudar,  en un hospital curando enfermos, o con un simple canto en un balcón. En donde ser pequeño o grande no cuenta frente a la adversidad, sino solo la voluntad contra la que te enfrentas al problema.

La ternura de los padres que cuidan a los niños sin colegio, la de los voluntarios que llevan comida y apoyo a los ancianos que no pueden salir. Es responsabilidad de cada uno, ser útil y consecuente con nosotros mismos y con los demás. Somos un colectivo que por sí solo no tiene ni fuerza ni sentido, ahora más que nunca no hay fronteras, ni ideas, ni colores que no separen, hay un objetivo que vencer, al que no podemos ver, pero que nos puede golpear muy duro.

No decaigas, no fallezcas, no salgas, pero lucha desde tu muro, desde tu casa. Veras como al final la libertad vuelve para ir a esa montaña, a esa playa, a ese parque. Pero mientras tanto, lucha en lo que puedas y cómo puedas.

Quédate en casa.

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